Muy queridos lectores en este tercer boletín parroquial le damos gracias a Dios por su providencia y por su amor infinito que nos ha manifestado, es una alegría compartir con ustedes la misericordia al llamarnos a su servicio y al poder colaborar en la obra de evangelización para extender en este mundo, de manera especial en esta porción de la Iglesia que peregrina en esta parroquia del Divino salvador, el Reino de los Cielos.

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Quisiera compartir con ustedes como el Señor ha hecho maravillas en cada persona que el Señor toca en su corazón y para involucrarlo en la tarea encomendada por el Padre Dios: extender el amor y la misericordia en cada rincón y en cada familia que vive y peregrina por este mundo.

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Dios nos regala un tiempo cada año para que volvamos a Él, un tiempo de gracia, misericordia y de perdón, un tiempo favorable para vivir y experimentar nuevamente su amistad y su infinito amor, Él no nos guarda rencor ni resentimiento por todo lo que le hacemos si no al contrario nos espera con los brazos abiertos, como el relato del Hijo prodigo, en cada confesionario.

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El Santo cura de Ars para ayudarnos a volver al Buen Dios nos dice “ cuando nos abandonamos a nuestras pasiones, entrelazamos espinas alrededor de nuestro corazón… el pecado es el verdugo del buen Dios y el asesino de nuestra alma…ofender al Buen Dios, que solo nos ha hecho bien, contentar al demonio que tan solo nos hace mal. ¡Que locura!

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