La Natividad de la santísima virgen María
- Pastoral Litúrgica Santiago Tilapa
- 2 sept 2017
- 2 Min. de lectura
La Natividad de María es una de las trece fiestas marianas del calendario litúrgico. Se celebra el 8 de septiembre, nueve meses después de la solemnidad de la Inmaculada Concepción que se celebra el 8 de diciembre.
Nada nos dice el Nuevo Testamento sobre el nacimiento de María. Ni siquiera nos da la fecha o el nombre de sus padres, aunque según la tradición se llamaban Joaquín y Ana. Sin embargo, la Iglesia celebra su nacimiento y es motivo de inmensa alegría para todos y cada uno de los hijos de Dios.
Lo que sabemos del nacimiento de María se encuentra en el evangelio apócrifo de Santiago, según el cual Ana, su madre, se casó con un propietario rural llamado Joaquín, galileo de Nazaret. Su nombre significa "el hombre a quien Dios levanta" y, según san Epifanio, "preparación del Señor". Descendía de la familia real de David.
Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como un oprobio y un castigo del cielo. En el templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de Dios. Pero sabemos que su esterilidad dará paso al nacimiento de la virgen María.
Joaquín, muy dolorido, se retiró al desierto, para obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad. Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Recordó a la otra Ana de las Escrituras, de que habla el libro de los Reyes, quien habiendo orado tanto al Señor, fue escuchada, y así llegó su hijo Samuel, quien más tarde sería un gran profeta.
Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su constante oración con el nacimiento de una hija singular, María, concebida sin pecado original, y predestinada a ser la madre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado.
