Sacramento del Bautismo
“Vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo”
El primer sacramento de iniciación cristiana es el Bautismo; bautizar significa “sumergir” en el agua; quien recibe el bautismo es sumergido en la muerte de Cristo y resucita con Él “como una nueva criatura” (2 Co 5, 17).
Se llama también “baño de regeneración y renovación en el Espíritu Santo” (Tt 3, 5), e “iluminación”, porque el bautizado se convierte en “hijo de la luz” (Ef 5, 8).
El sacramento del Bautismo nos injerta en Cristo, el Señor, que nos comunica su vida y nos une a su misión.
Este sacramento es un don del Espíritu Santo. El que ha sido bañado y ha renacido, también es consagrado, ungido para siempre a Cristo Sacerdote, Profeta y Rey.
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