Cuaresma
La Cuaresma comienza con el miércoles de ceniza y es el tiempo litúrgico de preparación para la fiesta más grande del cristianismo, la Pascua o Resurrección de Jesucristo.
Cuaresma significa cuarenta, un número simbólico que nos recuerda los 40 días que pasó Jesús en el desierto antes de iniciar su vida publica, así como los 40 días que pasó Moisés en el Sinaí, los 40 años del pueblo judío en busca de la tierra prometida y las 40 horas desde la muerte de Jesús en la cruz hasta el amanecer del domingo de su gloriosa resurrección.
Cuarenta días que la iglesia marca para la conversión de corazón, un tiempo de oración, penitencia, sacrificio y ayuno que termina el jueves santo antes de las vísperas para dar lugar a la celebración del Triduo Pascual.
Este un tiempo favorable para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna (Mateo 6, 1-8), es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así ser como él, esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía y la Reconciliación, en ellos se nos otorga el perdón y nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo.
No podemos vivir la cuaresma sin buscar el perdón de Dios, quien tanto nos ama y ha entregado a Cristo, su hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3, 16).
Para leer Joel 2, 12-18 * 2 Corintios 5, 20–6, 2 Marcos 6, 1-6. 16-18 * Salmo 50